La Catedral de Orvieto

Una Ciudad

Una ciudad "alta y extraña", como Fazio de gli Uberti la definió en el trescientos, en su "Dittamondo", en el medio del largo valle del río Paglia, en el rincón sur-occidental de Umbría - corazón verde de Italia - Orvieto cuenta unos 22.000 habitantes, considerando todo el territorio municipal; pero menos que 8.000 personas comparten el previlegio de vivir sobre la estrecha (Rupe) Peña. La economía ciudadana gira sobre tres cardenal lo principal: la agricultura, en particolar modo los cultivos de la vid y el aceite, el turismo, más de un millón de visitadores al año por lo tanto a buenas posibilidades de trabajo pr aloja, restaurantes, tiendas y tiendas, la artesanía. La actividad industrial casi está ausente, salvas un par de realidades, uno de éste es aquel del embotellamiento del saludable agua del Tione, que desatasca a pocos kilómetros de la ciudad.

Un Vino

Muchos al extranjero, conocen el Orvieto Clásico, vino rigurosamente DOC. El vino de Orvieto es dorado, ligero, con prendido delicado y una gradación oscilante de los 11 a los 12 grados; fue conocido y estimado por siglos de los artistas que trabajan en la ciudad, (al Signorelli, por ejemplo, fueron dados de ello por contrato más de mil litros anuales), de los papis y, siempre, de los orvietani mismos. Las uvas usadas por la vinificación son el Trebbiano a toscano, el Verdello, el Druppeggio, el Sacchetto, el malvasia Toscana. Cada año son producidos unos 150.000 hectolitros, destinados a los mercados nacionales y extranjeros. A Orvieto se encuentran muchos puntos de venta (sótanos sociales, productores especializados, bodegas) dónde es posible la adquisición, a lo mejor previa degustación.

Una Catedral

Usted primera piedra fue puesta en el 1290 y, como muchas otras iglesias Góticas de Europa, tienen de algo celebrado su setecientos cumpleaños. Comparado a un pavo real o a una tarta nupcial, dicho "la azucena de oro de las catedrales", de muchos años la Catedral es considerada el más mejor ejemplo de arquitectura gótica en Italia. Y' fascinadores que nobles y simples ciudadanos hicieron para contribuir a los gastos y que, sólo por el año 1290, montó a 731 libras de cera, 24 marcas, 29 caballos, 3858 carros de trigo y "bravia" (paños de tejido muy precioso) del valor de 84 monedas de oro. Usted fachada es única para el centelleo dorado de los mosaicos y los bajorrelieves de mármol. Al interior trabajó por 5 años (1499-1504) el maestro Luca Signorelli, pintando sobre los revoques de la Capilla de San Brizio un Juicio Universal fascinador y apreciable, dónde los bien proporcionados desnudos de los Condenados y los electo también testimonian el interés de la época por la anatomía. Orvieto y la Catedral, o si preferís la Catedral y Orvieto. Y' imposible pensar separadas estas dos realidades que en el curso del tiempo me he convertido en quizás cada uno símbolo, sinonímico y casi razón de ser otra.

Un Pozo

George Dennis, diplomático inglés de las ochocientas en viaje por el Etruria, escribió de Orvieto que los "dos leones" de la ciudad fueron la Catedral y el Pozo de San Patricio. En efecto el pozo, que golpeó los viajeros bien más de la Catedral en el siglo pasado, es un monumento extraordinario e inesperado. "Pozo" quiere decir, agua es obvia o, mejor, búsqueda del agua. en particular a Orvieto, ciudad pródigamente dotada por la naturaleza de la calidad de fortaleza inexpugnable, tal búsqueda fue una idea fija para los habitantes, puesto que sólo la disponibilidad de agua les pudo permitir de resistir a los asedios. Pero el Pozo de San Patricio es algo de más que una mera perforación a la búsqueda de la hoja; su misma estructura revela el atractivo que las finas soluciones arquitectónicas han ejercido desde siempre sobre el hombre. Prodigo más de 62 metros, es servido por dos tramos de escaleras de caracol (uno por la pendiente hasta el agua la otra por el remonte) que se envuelven a la una sobre la otra como la doble hélice del ADN. Ordenó de ello la realización Papa Clemente VII cuando, huido de rodillas hasta quì de una Roma por el costal impuesto ella de las tropas de Carlo V, quiso proveer su ciudad-refugio de un manantial perenne de agua, por tema que el emperador pudiera poner bajo asedio Orvieto. Fue planeado por el arquitecto Antonio de San Galleo el Joven y realizado con gran rapidez: después de en cuanto diez años, bajo el pontificado de Paolo III, la obra ingeniosa y del aspecto vagamente inquietante fue completada. Y el nombre? en Irlanda hay una gruta muy profunda donde parece que San Patricio se apartara en meditación, una gruta que también ha sido comparada con el Purgatorio; así en un modo o en el otro, en las ochocientas, lo que fue conocido como Pozo del Peñón, inició a ser llamado Pozo de San Patricio. Una anotación curiosa: Carlo V no apretó de asedio la ciudad y del agua no fue bebida tampoco una gota.

....y más....